Nueva imagen del Restaurante y artículo en el Financial Times

1 de julio de 2016

El Restaurante del Club Náutico sigue mejorando sus servicios y durante este 2016, coincidiendo con el 70º aniversario se ha llevado a cabo una importante reforma -que ha ido a cargo del restaurador-, tanto de la Sala como de la Cocina, pensando en la comodidad y en un nuevo diseño más actualizado, moderno y marinero. Así también, se ha elaborado un Menú adaptado y especial para nuestros Socios.

Tanto el socio como el visitante cuenta con una carta de muy buena calidad. El ejemplo más evidente es el hecho de que ha sido motivo de buenas críticas culinarias, una de ellas en el prestigioso Periódico británico Financial Times y que les mostramos a continuación, en el que el restaurador del Restaurante londinense del Morito, Sam Clark, quedo gratamente sorprendido con lo que comió, en una visita casual al club.

Sólo leyendo lo que cuenta Clark es para chuparse los dedos.

 

Artículo del Financial Times por Sam Clark, propietario del restaurante Morito de Londres, del 21 de junio de 2014.

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El pasado mes de febrero una amiga nos invitó a  hacer una parada en Girona. El propósito del viaje fue el de comer en el Celler de Can Roca, del que había observado su ascención desde sus modestos comienzos hasta su posición estelar de hoy en día. Como conocía a la familia, sólo nos tomó seis meses tener una mesa reservada, en lugar de los habituales doce meses. Pero, a veces, las ideas espontáneas son las más memorables. Para almorzar nos decidimos a ir a Palamós en busca de sus famosas gambas. Sin pensar en ningún restaurante en particular, merodeábamos por el puerto hasta que un vecino nos dirigió a un sitio al otro lado de las redes de pesca.

En el mismo instante en que cruzamos la puerta del Restaurante del Club Nàutic sabíamos que tendríamos experiencia especial. Brindamos por nuestra buena fortuna con cava Raventós y pan tostado con tomate y anchoas, mirando al puerto blanco y deslumbrante. La carta era extensa pero de todas formas somos unos profesionales del comer. Lo primero que trajeron fueron los calamares fritos más delicados, seguidos por unas vieiras lujosamente cocinadas con foie y vinagre balsámico. Lo siguiente fueron las suculentas gambas de color carmesí con sus cabezas que sabían a néctar de mar. Por si nuestros sentidos no estuviesen lo suficientemente sobrepasados, llegó otra especialidad de la casa, arroz con langosta, con el arroz casi endulzado por la langosta. Después de todo esto, me avergüenza decir que el gallo de San Pedro no fue apreciado como merecía. Pero, si os gusta el marisco, no encontrareis nada mejor que esto.

 

 

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